Ayrton Senna: 30 años después, su legado continúa en la Fórmula 1 y su vínculo con México
Un ícono del automovilismo cuya influencia perdura a pesar de su partida prematura, siendo no solo un competidor feroz sino uno de los más queridos del público.
1 de mayo de 1994, Ayrton Senna partió mientras hacía lo que más amaba, correr un monoplaza y hacer vibrar a la gente. El GP de San Marino se quedará en la memoria de todos aquellos que aman la Fórmula 1 por el fatídico accidente del brasileño.
El piloto falleció a las 6:40 de la tarde, tenía 34 años cuando choco en Imola, tercera fecha de la temporada 94. Como era costumbre, Senna había conseguido la pole position y era el candidato número uno para conseguir la victoria, la 42.
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El nacido en São Paulo estuvo 10 años dentro del circuito, en donde disputó 161 carreras, obtuvo el podio 80 veces y ganó 41 carreras, levantando los títulos de 1988, 1990 y 1991.
VÍNCULO CON MÉXICO
Ayrton alcanzó a disputar diversos GP de México antes de que saliera del calendario y uno de sus recuerdos más alegres en el país, fue en 1989, cuando pudo realizar un fin de semana perfecto, empezando con la calificación, donde fue el más rápido.
Dominó de principio a fin la carrera, se convirtió en el tercer piloto de McLaren en triunfar en suelo mexicano, detrás de Alain Prost y Denny Hulme. Hasta el momento, ya han pasado 30 lustros y todavía no le pueden quitar el hecho de que es el único latinoamericano en coronarse sobre el circuito del Autódromo Hermanos Rodríguez.
JO RAMÍREZ
Joaquín Ramírez, o como lo conocían, Jo Ramírez, fue coordinador del equipo McLaren y tuvo una estrecha relación con el piloto brasileño, trabajó con él durante 1988 hasta 1993. Es uno de los pocos que atestiguó en carne propia, la rivalidad entre Ayrton y Prost.
El mexicano le tenía más afecto a Senna porque eran latinos y eso lo plasma en su libro sobre sus memorias en la Fórmula 1. Cuenta que en 1990, el brasileño festejaba 100 Grandes Premios en México, por lo que Ramírez le pidió a su hermana, Ana Elena, que preparase un pastel para celebrar dicho hito.
“Ayrton cortó la mitad del pastel y cuando volteé esa mitad terminó en mi cabeza”, recuerda Jo. Pero también menciona lo significativa que fue, “Fue una ocasión muy especial en la que Ayrton mostró estar convirtiéndose en una persona más relajada”.
En 1994, Senna y Ramírez tuvieron un último encuentro, cuando el carioca se encontraba ya con la escudería Williams. “Me dijo que estar con Williams era muy diferente a estar con McLaren, ya que los pilotos eran tratados como un empleado más y nadie se hacía cargo de sus necesidades”.
Ayrton Senna le pidió a Jo que gestionará su salida de Imola lo más pronto posible, que fuera por helicóptero una vez finalizada la carrera. “Ayrton Senna murió tal como vivió: Al frente, como líder, el límite en la profesión que escogió. No sólo fue el mejor piloto de carreras, un verdadero poeta en el arte, sino también un gran personaje. Heredamos su ejemplo y un mundo de memorias”.