El Ruedo del Balón: Don Andrés Iniesta

Cuenta la leyenda que nació en La Mancha, sí el mismo sitio que completaba el apodo del hidalgo de nombre Alonso Quijano que Miguel de Cervantes convirtió en uno de los personajes más célebres del habla hispana: Don Quijote de la Mancha. La gran diferencia de éste es que no combatía molinos de viento, honraba a una Dulcinea de Toboso o tenía a un acompañante llamado Sancho. Él jugaba futbol.  

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A los 8 años fichó en Albacete balompie, pero no duraría mucho y apenas cuatro años después, al igual que el caballero de la figura Triste, llegó a Cataluña, la tierra que le haría ganarse la anteposición de Don.

Debutó en el primer equipo de la mano de Louis Van Gaal en la temporada 2002-03 y apenas tres años después empezó a ser fundamental, al grado de jugar la final de la Champions League ingresando al campo cuando el Barça perdía 1-0 en la gesta que terminaría ganando el equipo catalán.

Después, junto a Xavi Hernández se adueñó del mediocampo de España y el FC Barcelona, coronándose en noches mágicas.

Una Eurocopa y tres Champions Leagues, pero su verdadera hazaña era todavía mayor a lo ya conseguido.

En la novela de Cervantes, Don Quijote se ganó el título de caballero siguiendo al pie de la letra los requisitos: consiguió una armadura, un corcel, un fiel servidor y una doncella a quien rendirle sus triunfos. Don Andrés escogió un camino un tanto más complicado y en 2010, al sur de África, a sólo cuatro minutos del final, venció al gigante, que esta vez no parecía molino de viento, pero sí era holandés. No se lo pensó dos veces y se lanzó a matar con un potente y colocado derechazo que movió las redes desde Sudáfrica y hasta La Mancha.

Don Andrés Iniesta de la Mancha, el caballero que cambió la historia del futbol español.