;
  • 26 ABR 2024, Actualizado 11:47

Violín mundialista: El tango de Gardel

Carlos Gardel y Uruguay dejaron escuela en el mundo del futbol

Corría el año de 1928, recién habían concluido los juegos olímpicos de Amsterdam; donde Uruguay la celeste oriental se adueñó del viejo continente; como lo detalla Eduardo Galeano en su libro “Futbol a sol y sombra”  (Era la 1ra vez que un equipo latinoamericano jugaba en Europa)

Escucha la historia completa aquí.

Y el oro lo ganó en contra de nada más y nada menos que contra Argentina. El hit musical, por llamarlo de alguna forma; del momento era Carlos Gardel y su (Bandoneón Arrabalero) que dicho sea de pasó nació en Francia, pero el amor y la denominación de origen hasta el día de hoy se la disputan entre los argentinos y los uruguayos.

Y así después de la justa veraniega ambas escuadras antes de volver a Sudamerica pasaron por París, en donde el “Mudo” como se le conocía a Gardel los citó a todos, a los 2 representativos completos para una noche de tango, un intento de confraternización, colocando en una mesa larga, de manera intercalando, a un argentino y a un uruguayo…

Ya avanzada la velada, la calentura de la cancha apreció en la cena; por algo dicen que es un tema que no se toca en la mesa; Los más apasionados fueron el extremo argentino Raimundo Osri y volante por derecha uruguayo Leo Andrade, que durante el juego pateó con rudeza la rodilla  de Osri y el delantero devolvió un planchazo en el tobillo. 

Gardel para amansar a las fieras, invitó a Raimundo a subir al escenario; ya que ademas de futbolista resultó un virtuoso violinista, Osri pidió un violín y se sumó a un agradable tango.

Aunque la calentura no paró bajo el escenario y la reyerta se desató, el uruguayo Andrade se avalanzó sobre el violinista quien reaccionó reventando el instrumento en la cabeza al oriental y antes de que la freza detonara el argentino huyo del recinto y esa misma noche huyó de Paris, no por el temor a la represalia uruguaya si no la del dueño del violín que resultó ser un valiosísimo Stradivarius… “Si el tipo me encontraba”; justificó años más tarde Osri, “ tenía que quedarme para siempre tratando en Paris para pagarle su violín”. 

El siguiente artículo se está cargando

Escucha la radioen vivo

W Deportes
En vivo

Tu contenido empezará después de la publicidad

Programación

Ciudades

Elige una ciudad

Compartir

Más acciones

Suscríbete

Tu contenido empezará después de la publicidad