¡A diez años de la hazaña del mini Tri!

Pocas son las historias que se pueden encontrar en las que México venció a una potencia del fútbol tras ir abajo en el marcador y sentenciando el juego con un gol espectacular. Tanto así que ya hace una década que sucedió eso. 

La tarde del 7 de julio del 2011, la selección mexicana sub-17 enfrentaba a su similar de Alemania en la semifinal del mundial de la especialidad, disputada en el Territorio Santos Modelo de Torreón, Coahuila. 

Corrían 76 minutos y Alemania lo iba ganando 2-1, cuando llegó un gol olímpico de Jorge Espericueta. Aunque eso, más allá de provocar júbilo y tranquilidad para los mexicanos, generó momentos de incertidumbre, pues Julio Gomez tuvo un fuerte choque de cabeza que le provocó una gran herida. 

Sin más cambios para el Tri, el tamaulipeco, sin saber lo que le esperaba, tuvo que regresar al campo con un vendaje que lo hacía ver como una momia. 

Ya sobre los 90 minutos y cuan película de Hollywood, la momia salió de su tumba, se erigió en el aire y metió un certero remate de chilena que puso a bailar a las redes e hizo que toda la afición se uniera con el canto del gol. De esta forma el mini Tri calificó a la final en el Estadio Azteca en donde concretó su segundo título de la especialidad. 

A diez años de este acontecimiento, la “Momia” Gómez, con 26 años de edad, se encuentra sin equipo, aunque aún practica fútbol de manera amateur en los Estados Unidos. 

Por su parte, las siguientes generaciones aztecas no han logrado conseguir un nuevo campeonato mundial, pero se han quedado cerca de la gloria en dos ocasiones. En el 2013, cuando cayeron en la final ante Nigeria y en el 2019, cuando Brasil terminó levantando el trofeo.