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  • 28 MAR 2024, Actualizado 11:37

Causan polémica mascotas mundialistas

Viaja en el tiempo y conoce a los personajes de los eventos deportivos

Causan polémica mascotas mundialistas

Causan polémica mascotas mundialistas(Thot)

Brasil.- Si se revisa la presencia de las mascotas que simbolizaron a las naciones anfitrionas de las Copas del Mundo de futbol desde 1966 en Inglaterra, éstas han dividido opiniones, pues las ha habido de las más o menos buenas, hasta las peores.

Han sido héroes y villanos de peluche y cartón, personajes de dibujos animados, disparatados o atinados como el español “Naranjito” de 1982 o el mexicanísimo “Pique” de 1986, según lo vea el amplísimo espectro que compone el redondo mundo del balompié universal, al que jamás se dará gusto.

Los franceses consideraron que, en 1998, el gallo “Footix” les trajo buena suerte como anfitriones, al llegar a finalistas y ganar 3-0 ante un Brasil desastroso e impresentable que incluyó a Ronaldo, supuestamente el gran fenómeno goleador, convulso y desfalleciente, dando pena sobre el estadio parisino de Saint-Denis.

Sin embargo, el león “Willie” de la Copa del Mundo de Inglaterra 1966, es quien tiene la importancia de los pioneros por haber sido la primera mascota en la historia de los grandes torneos internacionales de futbol, celebrado en su octava versión en el arrogante país en el que, en 1863, ese deporte nació correctamente organizado.

El linaje, la nobleza y el pueblo de Gran Bretaña estuvieron representados en el rey de la selva, que, estampado en azul marino sobre fondo blanco, figura tres veces en el escudo de la corona inglesa, además de personificar al llamado "deporte rey", tan real como Su Graciosa Majestad, Isabel II y la corte de Windsor.

En algunas poses para los carteles promocionales, “Willie” aparece sonriendo y pateando con displicencia británica un balón, en una imagen simpática, futbolística, algo que, con el correr de los años, las mascotas perdieron sin remedio.

El felino, al lucir una voluminosa melena acorde con la década de 1960, pretende ser una réplica de los Beatles y los Rolling Stones, símbolos máximos de la irreverente y provocadora generación que revolucionó musical y culturalmente al mundo.

Aficionado del Valencia, invitado al sorteo de grupos mundialistas en Sauipé, Bahía, en diciembre de 2013, el publicista Jesús Merino Escámez ofrece su opinión desde su mesa de trabajo, donde asesora al grupo paulista “Os garotos do Brasil” que calificaron positivamente a “Fuleco”, el armadillo que trabaja como mascota de Brasil.

“Nuestra mascota de 1982, ‘Naranjito’ -exclama orgulloso-, fue esférica, jugosa y con vitamina C”, afirma orgulloso Merino: “La naranja es el fruto típico de la zona del Levante español; y es una verdad enorme, pues hasta entonces a nadie se le hubiera ocurrido relacionarla con mi patria que, dicho sea de paso, excepto Brasil, es la madre de la mayoría de las naciones latinoamericanas”.

Ese año, “Naranjito” se convirtió en un símbolo español gracias a la XII Copa del Mundo, y Merino Escámez la considera realmente original, porque evitaba los estereotipos de animales o personas, rechazada al principio por una parte de la fanaticada que, con el correr del tiempo, la aprendió a querer: “Es un genuino cítrico levantino”, añade.

“Naranjito” tiene una pelota debajo del brazo y sonríe feliz por haber sido elegido como la diversión de miles de niños alrededor del mundo, con un éxito tal que, al término del torneo mundialista de 1982, crearon un programa de dibujos animados con él como protagonista.

En cambio, el italiano “Ciao” de Italia 1990 no se quitó el balón de la cabeza, no sonrió; pero jugó con él en todo momento a pesar de no tener rostro, considerándose la mascota más futbolera de la historia.

Sencillamente por eso -opina el caricaturista Ludovico Caracci, radicado en Sao Paulo-, esa mascota impersonal merece un lugar destacado e importante en lo que, como artista posmoderno, llamó “ranking freak”, sin dejar de reconocer que el XIV Mundial de Italia fue triste, “para llorar”.

Según el artista gráfico, éste tuvo un bajísimo nivel futbolístico, el peor de todos los tiempos; sin embargo, como el canto sí se les da a los italianos, tuvo la melodía más recordada y una de las mascotas más queridas.

“Los colores de la bandera italiana y un balón en lugar del cráneo -dice Ludovico- son los aspectos sobresalientes de ‘Ciao’, que en nuestro idioma es ‘hola’ y ‘adiós’, y alguien dirá que tiene los pies cuadrados, lo que no lo transforma en un gran futbolista”.

Sin contener la risa, Carracci concluye: “Tal vez por eso quedamos en tercer sitio en nuestro mundial; pero sostengo la teoría de que, tener la pelota en la cabeza, la convirtió sin duda en la segunda mejor mascota de la historia mundialista, después de ‘Willie’, el leoncito inglés”.

“Pique” ni es persona ni es animal, sino un chile que desató una graciosa polémica; pero hay que premiar su originalidad, pues cualquiera pensaría que idear la mascota para la Copa del Mundo de México 1986 resultaría fácil: sombrero y mariachi y todo resuelto.

Sin embargo, eligieron un chile de Jalapa -originario de la provincia oriental de Veracruz-, para representar el decimotercer mundial, y sus diseñadores no se fueron por el camino fácil, sino que buscaron insistentemente esa alternativa.

La encontraron en esa obviedad, en la mascota más picante de todas, y hasta “Pique”, su nombre, resultó complemento del sombrero, el bigote y una pelota, en un personaje que compite con el felino británico como la mejor mascota en la historia de las rijosas Copas del Mundo.
 

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