Las historias de las copas del mundo también se escriben fuera de la cancha, algunas de ellas tan lamentables, como curiosas. Tal es el caso de la odisea que vivió la copa Jules Rimet, previo al campeonato de Inglaterra 1966.

Esta copa, que se le entregó al campeón del mundo hasta 1970, arribó a territorio británico para conocer a su nuevo dueño que definiría en las canchas inglesas, sin embargo, por un momento, alguien se adelantó a todas las selecciones y robó la copa tan solo unos meses antes de la competición.

Mientras el trofeo era exhibido en un museo en Westminten, un guardia de seguridad la descuidó y desapareció durante días. Hubo movilización nacional y una noticia que, a pesar de la época, le dio la vuelta al planeta.

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PICKELS, EL HÉROE DEL FUTBOL

A pesar de la intensa búsqueda de la policía inglesa, quién logró recuperarla fue un peludo ser de cuatro patas quién la encontró. Se trata de un perro llamado Pickles, que en la tarde del 20 de marzo de 1966, durante un paseo con un dueño de nombre David Corbett, encontró el trofeo Jules Rimet envuelto en periódico en un arbusto.

Tanto el can como su dueño fueron recompensados por encontrar la copa y es que cuando la selección inglesa se coronó campeona del mundo, Pickles fue invitado al banquete de celebración para lamer los platos después del evento, además de que su dueño recibió un recompensa de 6,000 libras esterlinas.

Esta historia, tan peculiar, como extraña, incluso llegó a inspirar una producción televisiva en el 2006 de nombre “Pickles: El perro que ganó la Copa del Mundo”.