Entre un discurso emocionante, 10 campanadas que erizaron la piel, un silencio desgarrador y una ola de aplausos y cánticos, este viernes la WWE despidió de forma pública a Hulk Hogan, una de sus más grandes leyendas, que murió hace unos horas, víctima de un paro cardíaco.

Fue en la emisión de SmackDown, que arrancó con todo el roster saliendo a la rampa y escenario principal junto a leyendas de la industria, compañero de Hogan y Triple H, el CEO de WWE hasta adelante, para rendirle homenaje a uno de los más grandes de toda la historia.

A pesar de las polémicas recientes de Hulk Hogan, su simpatía política con Donald Trump y una serie de comentarios que le quitaron el cariño de la gente en sus últimos meses con vida, esta noche, la Hulkmanía regreso y todo fue amor, lágrimas y amor para el héroe de toda una generación.

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Algunos de los luchadores que salieron al homenaje, no pudieron aguantar el llanto, mientras sonaban las tradicionales campanas de despedida, mientras el público volvió a corear el nombre de Hogan, luego de que la última vez que fue visto en WWE, se llevara tremendo abucheo.

De esta manera, la WWE le dijo adiós al que para muchos, es el personaje más importante de todos los tiempos, por lo que significó, no solo para la compañía, sino para toda la industria y el puente que le dio al Wrestling con el mundo de la farándula, al ser protagonista de películas, programas, historietas, comics y un sin fin de productos y servicios que hicieron de la Hulkmanía un fenómeno nunca antes visto en esos tiempos.

¿DE QUÉ MURIÓ HULK HOGAN?

Murió en Clearwater, Florida, la mañana del 24 de julio, víctima de un infarto. Lo anunció su esposa actual, Sky Daily, con quien se casó hace apenas un par de años, en 2023. Le sobreviven sus hijos, Brooke y Nick, nacidos de su primer matrimonio con Linda Claridge.

Su nombre real pronto se volvió irrelevante, desde que se hizo llamar a sí mismo Hulk Hogan, personaje creado con la eficacia, y el buen ojo de un publicista, todo eso combinado con la perseverancia de un vendedor de feria.

Durante más de tres décadas encarnó el rostro del espectáculo de la lucha libre estadounidense, ese circo de brutales coreografías, guiones melodramáticos y héroes de temporada cuyo momento más rentable dependió casi por completo de la figura de Hogan para sostener ya no solo la narrativa, sino el negocio.